Fue la primera vez que vi el otoño ante mis ojos, las hojas caían junto a los frutos secos, su raíz necesitada de agua y renovación, se negaba ante el deseo de caminar. Es invierno, amenazan los cristales de hielo, Él era conífera, pino o abeto, su dulzura combatía la culpa que detesto como el sirope de arce, como al guerrero, un sable. Brotan de nuevo sus hojas, mientras le veo temblar, como si la energía extrema le invitara a volar como en la primavera, una lluvia estelar. Tanta luz en el árbol, ha logrado transformar, un triste otoño en verano y me ha invitado a danzar, entre la tierra y el cielo de nuevo florecerá.
Por: Deisy Tamayo Valbuena Me quedó imposible dormir y no escribir, A ritmo de fantasía baila el arlequín. Creo en la magia y en el poder de dormir Pero estar despierta y ver sus malabares me hace sonreír. Se goza sin parar el bufón de la soledad, El amor es para uno, dos o más, Existirá calma después de la intranquilidad Aprendí esta noche a creer en el mas allá El arlequín tiene mil formas pero no será bufón jamás No existen unitarios al aprender a amar Sin amor no hay mundo, sin amor no hay más Que un arlequín vestido de infelicidad. Ríe mundo con el arlequín del amor No hay riesgo innecesario ni mala decisión.
Supe que había despertado en el momento en el que empecé a soñar Por: Deisy Tamayo Valbuena Soñé con el canto de mis ancestros, con el renacer de mi generación soñé con la luz de los abuelos, la inocencia de los niños y la bendita creación soñé con armonía eterna, tolerancia inagotable y total sanación. Y, desperté allí, en mi propia utopía, convencida de que en mi está el Gran Espíritu dispuesta a luchar por el AMOR con ímpetu. Desperté con esta luz inagotable con mi Guerrera empuñando su sable con la noción de una puerta que se ABRE.
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